Día 22

DOMUND: JORNADA MUNDIAL DE LAS MISIONES

Id e invitad a todos al banquete”

El Domund es el día en que, de un modo especial, la Iglesia universal reza por los misioneros y colabora con las misiones.

Se celebra en todo el mundo el penúltimo domingo de octubre, el “mes de las misiones”.

 


El lema de este Domund nos lo ofrece el papa Francisco, inspirándose en la parábola del banquete de bodas. La misión es un “ir” incansable para invitar al mundo entero al banquete de la fraternidad, de la Eucaristía, de la reunión final con el Señor; una invitación hecha con el estilo de Cristo -con ternura, caridad y cercanía-, que es quien nos envía y al cual anunciamos. Porque la salvación que Jesús ha venido a traernos es para “todos, todos, todos” y, en especial, para los últimos, los lejanos, los excluidos.

 

A veces da la impresión de que seguir a Jesucristo es como un castigo o una exigencia que pesa sobre los hombros de los cristianos. Y en el Evangelio, el Señor, para explicar a lo que quiere llamarnos, habla de ¡un banquete de bodas!

Ser seguidor de Cristo es haber escuchado al Señor, que nos invita a entrar en su morada para celebrar con nosotros una gran fiesta, en la que no falta de nada: buen vino, comida abundante, bailes, risas, compañerismo, amistad… Jesús quiere que participemos de su alegría, de sus riquezas, de su amor…, y, ¡encima, ponemos pegas y condiciones!

Pero no es solamente eso: es que quiere contar contigo y conmigo para animar a otros a que se unan a su gran banquete. Sí, quiere que los bautizados sintamos la alegría de poder ayudar a otros a encontrarse en la mesa con el Señor, y hacernos a nosotros, pobres hombres, partícipes de su generosidad para con todos.

Jesús ha venido a este nuestro mundo para que la persona, de cualquier condición, raza, color, situación social…, pueda descubrir el verdadero motivo de la alegría capaz de hacer superar las dificultades y las cruces, pequeñas o grandes, que cada uno de nosotros hemos de llevar. Por eso, en el Evangelio, el Señor nos interpela: “Id”, no os quedéis contemplándoos a vosotros mismos, no os encerréis en la autocomplacencia de tener una buena comida y compañía. ¡Salid!, buscad a quien todavía no ha encontrado el verdadero sentido de su vida y de su vocación. Como tanto le gusta decir al papa Francisco, ¡sal de tu autorreferencialidad!

“E invitad a todos al banquete”; salgamos a hacer que los hombres y mujeres de hoy tengan la oportunidad de descubrir que el Señor les llama, les invita, les ama. Como Jesús hace con nosotros, no forzamos, no presionamos: les invitamos como quienes saben de lo que el corazón del hombre está necesitado, y les mostramos la belleza de lo que Dios tiene preparado para cada uno.

Vídeo:

https://www.youtube.com/watch?v=Eldmf-cCiRQ&t=3s



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