LA DIÓCESIS DE TUI-VIGO TIENE NUEVO OBISPO
Antonio José Valín Valdés, vicario general de Mondoñedo-Ferrol, sustituye a Luis Quinteiro Fiuza.
La catedral de Tui
albergará su toma de posesión el
sábado 20 de julio
La
diócesis de Tui-Vigo tiene nuevo obispo. Es Antonio José Valín
Valdés, hasta ahora, vicario general de Mondoñedo-Ferrol. Sustituye a Luis
Quiinteiro Fiuza, que
presentó a finales de junio de 2022 su renuncia al haber cumplido los 75 años
de edad, tal y como manda el Derecho Canónico.
El obispo electo de Tui-Vigo nació
en Ribadeo (Lugo) el 24 de febrero de 1968. En octubre de 1986 ingresó en el Teologado diocesano en
Santiago de Compostela, realizando sus estudios en el Instituto Teológico
Compostelano de 1986 a 1992. Fue ordenado sacerdote en la
catedral de Mondoñedo el 14 de marzo de 1993. Es Bachiller en Teología y Máster en Comunicación Cristiana.
Su ministerio
sacerdotal lo ha desarrollado en la diócesis de Mondoñedo-Ferrol donde
ha desempeñado distintos cargos: formador y profesor del seminario de Mondoñedo
(1992-1999); párroco de San Sadurniño y otras (1999); subdelegado de Pastoral
Juvenil, Vicaría Ferrol (1999); director de la residencia universitaria de la
Domus Ecclesiae de Ferrol (2000); delegado diocesano de Pastoral Vocacional
(2002); director espiritual del seminario mayor (2006); arcipreste de Terra Chá
(2006/2009); delegado episcopal de Pastoral de Infancia y Juventud (2007);
director espiritual del seminario mayor y menor (2011); párroco de Santiago de
Foz y otras parroquias de la zona (2012); arcipreste de Mondoñedo
(2012/2016/2019); secretario de Pastoral (2015/2016); delegado Año Jubilar de la
Misericordia (2015); formador seminaristas menores diocesanos (2019); y vicario
episcopal para la Evangelización (2017). También ha sido profesor del ISCRD
«San Agustín» y de la EDT.
Fue administrador
diocesano de Mondoñedo-Ferrol desde el 21 de diciembre de
2020 hasta el 4 de septiembre de 2021, cuando tomó posesión como obispo de
esta diócesis.
Ha sido miembro de la delegación de Pastoral Vocacional y del COV de Viveiro; del equipo sacerdotal de Vilalba; del equipo sacerdotal de Vilalba-Abadín-Xermade; del Consejo Presbiteral; del Colegio de Consultores; del Consejo Diocesano de Gobierno; y del Consejo de Pastoral.
En la actualidad es párroco in solidum y moderador de la UPA
de Foz (desde 2019); rector del seminario menor de Mondoñedo (desde 2001); y
vicario general y moderador de la Curia (desde 2021). Es canónigo de la
catedral de Mondoñedo (desde 2018). También es el consiliario del “Colectivo
Campamento Diocesano” (desde 2003).
SALUDO
Queridos hermanos y amigos que peregrináis en la Iglesia diocesana de Tui-Vigo:Como sabéis, el papa Francisco ha comunicado el deseo de que me una a esa Iglesia particular, a través del servicio de la unidad; agradezco su confianza y me encomiendo a su oración.
Desde este momento, mi
corazón y mi pensamiento están ya cercanos a vosotros. Quiero sentirme unido a
toda la comunidad diocesana, a cada una de las personas que la formáis, a todos
los que vivís, gozáis y lucháis en ese hermoso lugar de nuestra tierra que es
la diócesis de Tui-Vigo. Me gustaría que me sintierais como un hermano que
quiere participar de vuestra vida y que quiere hacer camino con vosotros,
compartiendo lo que sois y esperáis. Quiero compartir lo que yo soy, mis
ilusiones, esperanzas, la alegría de la fe y la pasión por el Evangelio y el
Reino del Señor, especialmente con los más pobres y descartados de nuestra
sociedad. Sueño con una Iglesia en la que todos y todas, cada uno con su
sensibilidad y aportando su grano de arena, se sienta convocado, partícipe y
responsable en esta nueva etapa sinodal que vivimos en la Iglesia, a la que
tantas veces nos convoca el Papa Francisco.
Sé que nos toca vivir un
momento de cambios muy rápidos, tanto a nivel social como en el seno de la
Iglesia. Pero siento que este es un momento hermoso y apasionante; este es el
momento, el “ahora” en el que con el Evangelio en la mano, poniendo los pies
firmemente en la tierra y el corazón en el cielo, estamos llamados a reflejar
el rostro más hermoso de una Iglesia que quiere ser madre pobre, casa de todos,
discípula y misionera; una Iglesia en la que todos se sientan en casa y en
familia.
Soy consciente de mi fragilidad en el servicio que se me pide, y que tendré que ir aprendiendo con vosotros. Me pregunto qué sentido tiene y por qué, pero sé que en este momento es el mismo Señor quien me invita a soltar lastre, a salir y afrontar nuevos retos, a dejar que sea El quien me lleve por donde quiera, como siempre ha hecho, y a confiar y confiarme plenamente en Él. Es Él el que va construyendo mi vida y quien siembra el Reino, y yo tan sólo un “ayudante” en ese trabajo; os pido paciencia… contad con toda mi ilusión, pasión y entrega.
Me anima saber que todo
esto lo viviremos juntos. Me incorporo a una Iglesia de larga tradición de
hombres y mujeres que vivieron y viven su fe sembrando evangelio y construyendo
el Reino. No caminamos solos, ni por libre: vamos juntos, en familia,
ayudándonos unos a otros, recibiendo una herencia secular, con grandes testigos
de la fe, que tenemos que seguir transmitiendo. Todos, sacerdotes, consagrados,
contemplativos, seminaristas, seglares… todos, nos necesitamos y juntos,
andaremos el camino. Invoco al Beato Pedro González, nuestro querido san Telmo,
pidiendo su intercesión y la de Nuestra Madre María, a quien con tanta devoción
y cariño rezamos en nuestra tierra gallega.
Agradezco a Mons. Luis Quinteiro su trabajo y entrega de estos años, así como su cercanía, cariño y calidez en la acogida en esa diócesis. Seguro que en él tendré un padre y un hermano que me ayude en este ministerio.
Saludo también, a todos
los que tenéis alguna responsabilidad en la vida pública de esta tierra. Desde
la búsqueda del bien común y la colaboración mutua, seguro que podremos
trabajar por el bien de los últimos y de la Casa común.
Me gustaría pediros un favor: rezadme desde este mismo momento. Pedidle al Buen Pastor por mí, y no dejéis nunca de hacerlo. Necesito de todos y cada uno de vosotros, de vuestra oración; contáis ya con la mía. Ayudadme en esta nueva etapa y tarea desde el cariño y la corrección fraterna, para que pueda ser tierra fecunda en las manos del Buen Dios.
Siempre
juntos, como hermanos y amigo. Un fuerte abrazo
LA ORIGINAL INICIATIVA PARA QUE LOS NIÑOS APRENDAN A
ADORAR A JESÚS EN LA EUCARISTÍA
Una iniciativa en
Vigo acerca la adoración eucarística a los más pequeños para
ayudarles a que empiecen a rezar y a cultivar el trato con Dios desde la
infancia. Poco a poco esta iniciativa va creciendo por las parroquias de la
ciudad.
Lara
y Ségolène son dos amigas que han comenzado la primera adoración eucarística
organizada para niños en Vigo (Galicia). Lara es cooperadora del Opus Dei y cuenta cómo
nació esta iniciativa... por una confusión: “Asistí un día con mi
bebé a la Adoración Perpetua en una iglesia de Vigo y aunque mi hijo no paró de
corretear por la iglesia, me sorprendió que nadie me llamó la atención.
Únicamente al marcharme un viejecito se acercó y me dijo: “tienes que hacer
algo así para los niños” y yo pensé ¡uff, no estoy para estas!”.
Poco tiempo después, volvió con sus 5 hijos pequeños, de 1, 5,
8 y dos gemelas de 9 años y al salir pensó que se habían portado bastante
bien y que incluso habían rezado algo. “Una vez más, cuenta
Lara, el viejecito me volvió a decir “tienes que hacer algo para los
niños”, así que, en una reunión de amigas, Ségolène, supernumeraria del Opus Dei,
nos habló de la iniciativa 24
horas con el Señor. Ella había escogido una hora en la que estaría
acompañando a Jesús en la custodia y me invitaba a hacer una adoración con
niños durante ese tiempo. Yo le entendí ‘organiza una
adoración para niños de una hora’,
y así es como salió adelante, por una confusión”, cuenta.
Una decena de parroquias
Al comprobar que los niños se portaban bien y salían felices
decidieron ofrecerla por distintas parroquias una vez cada dos meses. Hasta el
momento ha recorrido casi una decena. Asisten también los padres de los
niños, algunos de los cuales es la primera vez que conocen la adoración
eucarística y se unen a la oración de sus hijos. Al terminar se organiza
una merienda, donde juegan y disfrutan todos. Es una buena ocasión para ver más
niños como ellos que también rezan y juegan y así no se sienten tan solos en
algo como la fe.
“Yo
sabía que en Francia existía la iniciativa -comenta Ségolène-, pero solo la
conocía de nombre y cuando mi parroquia se apuntó a las "24 Horas con el Señor", que es una iniciativa del Papa, hace ya
un año durante la Cuaresma, le dije a Lara que teníamos que montar una
adoración infantil”. Aunque no sabían si acudirían más niños que los de ellas,
pensaron que aunque sólo fueran 5 o 6 niños, ya serían unos pocos niños
que adorarían al Señor.
“SIN TABLETS, SIN TELEVISIÓN Y SIN MÓVILES, SE SIENTEN A GUSTO Y LO
DISFRUTAN, Y PENSAMOS QUE JESÚS TAMBIÉN LO ESTARÁ DISFRUTANDO CON ELLOS”
La
iniciativa fue un éxito, aquello se llenó de niños. Colocaron una alfombra
en el suelo con unos cojines y participaron unos 30 niños. Van peregrinando por
todas las parroquias, vendiendo la idea, como un producto misionero y
presentando la iniciativa de la adoración infantil. Cada dos meses hacen esa
primera convocatoria y después cada parroquia acoge el proyecto y establece sus
propios tiempos.
Padres que educan en la piedad
Una de las personas que ha querido llevar esta idea a otros lugares
es Génesis Vian, madre de familia muy joven y recientemente conversa
al catolicismo. Se enamoró de la idea y con la ayuda del párroco y otras
catequistas organizan esta adoración infantil, de una hora, todos los primeros
jueves de mes, en la iglesia de Nuestra Señora de la Paz.
“A mí -dice Génesis- me deslumbra ver cómo Jesús se las ingenia para hacernos
más fácil ganar el Cielo y cada primer jueves de mes que vamos con los niños a
adorarle, pienso que estamos ganando un pedacito de Cielo. Durante la
adoración los niños tienen la oportunidad de expresar su cariño de diferentes
maneras: cantando, leyendo unas oraciones, escribiendo una carta o un dibujo a
Jesús. Cada uno lo vive a su manera y al ver que están allí, sin tablets,
sin televisión y sin móviles, y a la vez rezando y contentos, me llena el
alma”.
Los
padres que llevan a sus hijos a esta oración se preocupan para que tengan
una vida responsable, que estudien y tengan un futuro profesional, pero todo
ello sin descuidar el crecimiento en la vida interior y en la relación con
Dios. “Tenemos que enseñarles a rezar y a tener una vida interior, y eso
se hace en todas las etapas de la vida, empezando desde pequeños. Como
decía san Josemaría, los padres son el mejor medio del que se sirve Dios, para
educar a vuestros hijos en la vida de piedad, como por ejemplo con las
oraciones vocales”, señala Génesis.
D. Serafin, párroco de Nuestra Señora de La Paz se ilusionó enseguida
cuando le propusieron la idea. Le pareció un planteamiento interesante y
ofreció todas las facilidades. Afirma que “poco a poco se irá asentando entre
los niños y aunque para ellos ahora es algo nuevo, con el tiempo irán teniendo
más confianza y tomando más consciencia de lo que hacen, y también las propias
familias. Es necesario que los niños fortalezcan su unión con Jesús y el mismo
Jesús nos lo pidió cuando dijo “dejad
que los niños se acerquen a mí y no se lo impidáis” [Mateo
19,14].
https://youtu.be/6d0JxqDuk4Q?si=p0tiAYNSwCMYvMnH
