Jubileo 2025
“Peregrinos de Esperanza”
El papa
Francisco abrió
el 24 de diciembre la
Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, un gesto con el que dió comienzo
el Jubileo 2025 bajo
el lema “Peregrinos de esperanza”. El
domingo siguiente, 29 de diciembre de 2024, fiesta
de la Sagrada Familia de Jesús, María y José, se
celebró la apertura del Jubileo en las Iglesias particulares.
https://haciaeljubileo.com/wp-content/uploads/2024/12/GUIA-DEL-PEREGRINO-DEL-JUBILEO-2025.pdf
1 de enero
Jornada Mundial de la Paz
«Perdona nuestras ofensas, concédenos tu paz».
La
Santa Sede hizo público el jueves 12 de diciembre, el Mensaje
del papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz, que la Iglesia celebra el 1 de enero. El Santo
Padre propone como lema para
este año «Perdona
nuestras ofensas, concédenos tu paz».
Mensaje del Papa para la Jornada Mundial
de la Paz 2025
19 de enero
JORNADA Y COLECTA DE LA INFANCIA
MISIONERA
COMPARTO LO QUE TENGO
Comparto
lo que tengo” es el lema de la Jornada de Infancia Misionera que celebramos el
domingo 19 de enero de 2025.
Un día muy
importante, en el que los niños están invitados a ayudar a los demás niños,
especialmente a los que no tienen lo necesario para vivir o no conocen a Dios.
Todos somos misioneros, y podemos ayudarles con nuestra oración y nuestro
dinero.
Con esta Obra Pontificia, el Santo
Padre implica a los niños del mundo para ayudar a otros pequeños como ellos en
las misiones. Y cuenta también con adultos comprometidos, para que los
misioneros sigan proporcionando educación, salud y formación cristiana a más de 4 millones de niños en 120
países.
“A los débiles, especialmente a los niños, debemos darles lo mejor que tenemos” (Papa Francisco)
Palabras del Papa
“SI COMPARTES, DIOS MULTIPLICA”
Jesús quiere
que comparta “lo que tengo”; no se trata de si lo que puedo darle es poco o es mucho, porque él lo ha dado todo y me invita a que también yo
se lo dé todo, poniéndolo
en sus manos para el bien de los demás. Nos ayuda a entenderlo esta enseñanza
del papa Francisco (Ángelus, 25-7-2021).
“El Evangelio […] narra el célebre episodio de la
multiplicación de los panes y los peces, con los que Jesús sacia el hambre de
cerca de cinco mil personas que se habían congregado para escucharlo (cf. Jn
6,1-15). Es interesante ver cómo ocurre este prodigio: Jesús no crea los panes
y los peces de la nada, no, sino que obra a partir de lo que le traen
los discípulos. Dice uno de ellos: «Aquí hay un muchacho que tiene
cinco panes de cebada y dos peces; pero ¿qué es esto para tantos?» (v. 9). Es
poco, no es nada, pero le basta a Jesús.
Tratemos ahora de ponernos en el lugar de ese
muchacho. Los discípulos le piden que comparta todo lo que tiene para comer.
Parece una propuesta sin sentido, es más, injusta. ¿Por qué privar a una
persona, sobre todo a un muchacho, de lo que ha traído de casa y tiene derecho
a quedárselo para sí? ¿Por qué quitarle a uno lo que en cualquier caso no es
suficiente para saciar a todos? Humanamente es ilógico. Pero no para Dios. De
hecho, gracias a ese pequeño don gratuito y, por tanto, heroico, Jesús puede
saciar a todos. Es una gran lección para nosotros. Nos dice que el
Señor puede hacer mucho con lo poco que ponemos a su disposición. Sería
bueno preguntarnos todos los días: “¿Qué le llevo hoy a Jesús?”. Él puede hacer
mucho con una oración nuestra, con un gesto nuestro de caridad hacia los demás,
incluso con nuestra miseria entregada a su misericordia. Nuestras pequeñeces, a
Jesús, y Él hace milagros. A Dios le encanta actuar así: hace grandes cosas a
partir de las pequeñas, de las gratuitas.
Todos los grandes protagonistas de la Biblia, desde
Abrahán hasta María y el muchacho de hoy, muestran esta lógica de la
pequeñez y del don. La lógica del don es muy diferente de la nuestra.
Nosotros tratamos de acumular y aumentar lo que tenemos; Jesús, en cambio, pide
dar, disminuir. Nos encanta añadir, nos gustan las adiciones; a Jesús le gustan
las sustracciones, quitar algo para dárselo a los demás. Queremos multiplicar
para nosotros; Jesús aprecia cuando dividimos con los demás, cuando
compartimos. Es curioso que en los relatos de la multiplicación de los panes
presentes en los Evangelios no aparezca nunca el verbo “multiplicar”. Es más,
los verbos utilizados son de signo opuesto: “partir”, “dar”, “distribuir” (cf.
v. 11; Mt 14,19; Mc 6,41; Lc 9,16). Pero no se usa el verbo “multiplicar”. El
verdadero milagro, dice Jesús, no es la multiplicación que produce orgullo y
poder, sino la división, el compartir, que aumenta el amor y permite
que Dios haga prodigios. Probemos a compartir más, probemos a seguir
este camino que nos enseña Jesús.
Tampoco hoy la multiplicación de los bienes resuelve
los problemas sin una justa distribución. Me viene a la mente la tragedia del
hambre, que afecta especialmente a los niños. Se ha calculado —oficialmente—
que alrededor de siete mil niños menores de cinco años mueren a diario en el
mundo por motivos de desnutrición, porque carecen de lo necesario para vivir.
Ante escándalos como estos, Jesús nos dirige también a nosotros una invitación,
una invitación similar a la que probablemente recibió el muchacho del
Evangelio, que no tiene nombre y en el que todos podemos vernos: “Ánimo, da
lo poco que tienes, tus talentos y tus bienes, ponlos a disposición de Jesús y
de los hermanos. No temas, nada se perderá, porque, si compartes, Dios
multiplica. Echa fuera la falsa modestia de sentirte inadecuado, ten confianza.
Cree en el amor, cree en el poder del servicio, cree en el poder de la
gratuidad”.
Que la Virgen María, que dijo “sí” a la inaudita
propuesta de Dios, nos ayude a abrir nuestros corazones a las
invitaciones de Dios y a las necesidades de los demás”.
“La caridad es don que da sentido a nuestra vida y
gracias a este consideramos a quien se ve privado de lo necesario como un
miembro de nuestra familia, amigo, hermano. Lo poco que tenemos, si lo
compartimos con amor, no se acaba nunca, sino que se transforma en una
reserva de vida y de felicidad. Así sucedió con la harina y el aceite de la
viuda de Sarepta, que dio el pan al profeta Elías (cf. 1 Re 17,7-16); y con los
panes que Jesús bendijo, partió y dio a los discípulos para que los
distribuyeran entre la gente (cf. Mc 6,30-44). Así sucede con nuestra limosna,
ya sea grande o pequeña, si la damos con gozo y sencillez” (Francisco, Mensaje
para la Cuaresma 2021).
26
de enero
DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS
“Espero en tu Palabra”
VI Domingo de la Palabra de Dios
La próxima edición del Domingo de la Palabra de Dios, se
celebrará en la Basílica de San Pedro con la presencia del Papa Francisco el
domingo 26 de enero de 2025, como parte integrante del Jubileo 2025.
El lema escogido está tomado del libro de los Salmos: “Espero en
tu Palabra” (Sal 119,74).
Día 24 de enero
FESTIVIDAD DE NUESTRA SEÑORA DE LA
PAZ
PATRONA DE LA PARROQUIA
Misas a las 11 y 13 horas y
la Solemne a las 7 de la tarde.
Vela al Santísimo con rezo
de Vísperas a la Virgen desde las 5 hasta las 7 de la tarde,
Procesión a las 20,00 horas
con la imagen de la Virgen por las calles de alrededor de la Parroquia